Mezclamos una taza de harina con 3 cucharaditas de polvo de hornear y una cucharadita de sal y suficiente agua como para que la mezcla tenga la consistencia de una mezcla de pancakes. Dividimos la mezcla en bolsitas Ziploc (unas que nos habían dado llenas de dulces y las reusamos aquí) y mezclamos con tres o cuatro gotas de color vegetal. Cierre bien la bolsita y dele a su hijo o hija para mezclar el color, es parte de la diversión.
Corte solamente la mas pequeña esquinita de la bolsa (si hace el rotito muy grande se desparramará la mezcla). Su hijo o hija entonces pinta con ella como si estuviera decorando un bizcocho con azucarado ("frosting").
Y... ¡a pintar! Prefiera usar papel grueso o cartoncillo para esta actividad. Cuando hayan terminado meta el arte al microhondas (asegúrese que el tamaño del papel que use es adecuado para su microhondas) por unos 30 a 45 segundos y vea su pintura esponjarse y crecer. Lo mejor para mamá y papá es que una vez lo saca del microhondas la pintura esta seca y no hay que preocuparse por los regueros y embarres a medida que la torre de obras de arte crece.
Hicimos alrededor de 10 pinturas y sobró mezcla. Así que les aseguro es una actividad no solo divertida, sino económica que ayuda en las destrezas de motor fino y brind una oportunidad de una buena lección de ciencias en la cocina.
